En febrero de 2014, visitamos Miraluna, una finca con bodega y cabañas para alojarse. Ubicada en los Valles Calchaquies, provincia de Salta, en Cachi adentro. Llegar al lugar es una verdadera aventura, un viaje en el tiempo al pasado de América (y presente) y al encuentro con los propios antepasados. Al recorrer esos caminos, la altura, la baja presión atmosférica, el oxígeno que es poco pero puro, seco y penetrante, estando rodeados de 360° de cerros y rocas silenciosas, de las miradas de ojos brillantes de los pobladores, con su cadencia al hablar resultado de una paz y una ira latente oculta, de odios milenarios, cielos nocturnos con galaxias y nebulosas que se ven a simple vista, se tiene la sensación corporal de estar levitando, de estar en conexión mística. En un entorno en el que el progreso como lo entendemos en Buenos Aires se hace desear, se resiste, un poco por fuerzas cosmogónicas y otro por un pesimismo político de hediondas raíces, quizás realista, quizás adecuado pero que atenta contra toda luz que pueda arrojarnos la razón. Así, Carlos Urtasun y Marcela Canals, crean (o conjuran) vinos de características excepcionales, poderosos y sutiles, expresivos y sabrosos, coherentes e iracundos, definitivamente auténticos.
La bodega, con su frente sencillo, dibuja un contorno con unas gradas que no conducen a nada pero apuntan al cielo, es una materialización de Tlaloc o algún otro Dios maldito. Dos ventanitas parecen observarnos con su perfecta simetría, dos ojos inexpresivos que vaticinan un conflicto letal. Y si alguien no entiende el mensaje divino, el parque de cardones se los dejará bien claro: esto es un desierto, aquí no se jode con el agua.
Ninguna metafísica.
Los vinos de Miraluna más que vinos son advertencias.
En todas las direcciones se perciben las poderosas fuerzas cosmogónicas y la entropía de los seres vivos y la creación humana que se diluyen en el ambiente que avanza, se vuelven arena, roca o grieta temporal. Con su chaqueta de Arsenal, y una actitud entre Chamánica y Presocrática, Carlos se detiene entre medio de sus tareas de empresario, en un arrebato que miradas ingenuas pueden llamar locura pero que es sabiduría iniciática, toma un mueble o una puerta encontrada, o un objeto del patio de Europa y lo expone a esas fuerzas indetenibles de Cachi. De allí, mofándose de los metáfisicos, lleva dichos objetos expuestos al Café del Tiempo en la ciudad de Salta. Para qué? Para demostrarle al Dios Cronos que en el altiplano va a perder siempre toda batalla por la trascendencia.
Café del Tiempo en Paseo Güemes, Salta Capital |
Aquí podrán hacer un sencillo recorrido por las instalaciones de la Bodega y la viña, con algunos datos importantes sobre la producción de estos exóticos vinos.
En su interior, la bodega contiene varios tambores de acero inoxidable y barricas de roble francés y americano, con ellas aplican las técnicas tradicionales y nuevas de elaboración de vinos de alta gama. Todos los vinos son elaborados con uvas propias de entre 3 y 4 hectáreas cultivadas en la finca. Ubicada a 2571 mts. de altura y si bien no es la finca más alta de Argentina, Miraluna puede jactarse de tener la finca más alta con viñedos produciendo vinos tomables, por lo menos hasta que se produzcan vinos en La Poma o en Colomé, dónde se está experimentando con viñas al límite vertical con riesgos de congelamiento.
El asesoramiento enológico está a cargo del equipo integrado por Luis Asmet, bien conocido por
su trabajos recientes en Bodegas El Porvenir y Finca Humanao (a la derecha en la foto)
junto con Daniel Heffner, enólogo de la Universidad Juan Agustín Maza.
El escurridizo Carlos Urtasun tomando una muestra del Malbec Reserva
para catarlo directamente de la barrica.
Actualmente, con viñas jóvenes plantadas entre el 2006 y 2009, las cepas cultivadas son Malbec, Merlot y Tannat. Las dos hectáreas de Malbec arrojan un rendimiento de unos 6000 litros por año. El Merlot, con una hectárea y de rendimiento notablemente menor, unas 500 litros, son el resultado de unas uvas muy pequeñas pero que permitieron hacer un vino sutíl y elegante. Lamentablemente, después de varios años de ensayo, la hectárea de Tannat no ha podido crecer como para producir vino. Se puede decir que actualmente, Miraluna está en un proceso de crecimiento natural, dado que aún se está esperando la adultez de las viñas. El potencial de producción, cuando la finca esté en su pleno desarrollo, dentro de 5 a 10 años, sería de unos 15.000 litros de vino.
Carlos Urtasun midiendo los niveles de azúcar de las uvas Merlot.
Todas las viñas están plantadas en espalderas perfectamente orientadas en dirección noroeste, evitando de esta manera el abrazador sol del mediodía y aprovechando el mejor impacto y más cantidad de horas de la mejor luz de la mañana y la tarde. En la foto, abajo, podrán ver prueba de esto con la brújula que indicando el polo norte. El tipo de suelo es franco arenoso con sedimentos, piedras y lajas.
Cuando se aproxima la cosecha, en los viñedos de Malbec, se realiza un raleo de hojas
para que reciban en abundancia el impacto de los rayos solares.
Racimos de Malbec.
En los viñedos de Merlot, de bajo rendimiento, es necesario formar una canopia de hojas para
que las uvas no reciban sol en exceso, exactamente lo opuesto a las necesidades del Malbec,
en tiempos cercanos a la cosecha.
Detalle de las uvas Merlot.
Aquí podemos ver uno de los caprichosos crecimientos de los viñedos de Tannat, inútil para el vino
pero que producen hacia fines de febrero estas bellísimas tonalidades de colores.
El próximo año, esta héctarea será injertada con Malbec.
En la foto, Paula Clabellino y Julián Bernatene de Enológica; Carlos Urtasun de Miraluna y el equipo de enólogos Daniel Heffner y Luis Asmet. A continuación compartimos con ustedes las notas de cata de los vinos que probamos durante nuestra visita. También, tuvimos la suerte de degustar los vinos directamente de la barrica y del tanque de acero inoxidable, sin añejamiento en roble y sin botella, una experiencia única para los que puedan acercarse hasta Cachi Adentro.
La flamante Colección Miraluna: Merlot, Reserva Malbec y el Malbec. |
1 - Miraluna Malbec 2012. Compuesto con el 100% de uvas Malbec de la Finca Miraluna. Aproximadamente 7000 litros. Provienen de una crianza de 6 meses en 5 barricas nuevas, 20 barricas usadas y 2000 litros sin añejamiento alguno.
"Rojo rubí profundo con reflejos violáceos, alta densidad. Primera nariz muy mineral, perfil calcáreo con un trasfondo frutal. Después aparecen amplios aromas de rosas y pimiento verde. La entrada en boca es expresiva, natural. Un paladar salvaje y exótico. Los taninos son jóvenes aún pero sabrosos, la mineralidad le confiere una frescura muy bien integrada a la acidez, entre intensa y justa. Final persistente.
Expresión auténtica, sin maquillaje, para tomar ahora acompañando carnes asadas o esperar unos años."
Guarda sugerida, 5 años.
2 - Miraluna Malbec Reserva 2012. Compuesto con el 100% de uvas Malbec de la Finca Miraluna. 1500 botellas. Provienen de 1 año de añejamiento en 4 barricas nuevas, 2 francesas y 2 americanas.
"Rojo rubí profundo, muy alta densidad y gran tinte. Primera nariz de impactante humo y azufre, muy sutilmente pólvora sobre un transfondo frutal. Notas de pimientos asados, grasa y mentol, frescura y mineralidad. Después aparecen el caramelo, el turrón y la vainilla. En el paladar se corroboran los pimientos, presenta un cuerpo bien matérico con taninos persistentes, dulces y muy sabrosos. Largo final seductor.
Para tomar ahora acompañando carnes asadas o platos con salsas fuertes y picantes o esperar unos años."
Guarda sugerida, 7 años.
3 - Miraluna Merlot 2013. Proveniente del tanque de Acero. Compuesto con el 100% de uvas Merlot de la Finca Miraluna. Sin ninguna clase de crianza.
Rojo rubí brillante, densidad media. Primera nariz fresca, frutada y muy elegante. Notas aromáticas de gas, como de aceite de trufas. Entrada de boca picante, buena acidez y astringencia, vivaz. Naturalmente expresivo y joven pero para tomar con gusto. Final agradable con notas mentoladas, de anís. Después se presenta muy seductor y tomable, con taninos muy finos y de impronta dulce.
4 - Miraluna Merlot Roble 2012. Compuesto con el 100% de uvas Merlot de la Finca Miraluna. 500 botellas. Provienen de un año de añejamiento en 2 barricas de roble francés de segundo uso.
Rojo rubí cálido brillante, densidad media hacia alta. Primera nariz compleja y muy aromática, la fruta se amalgama con el roble. Impactan los aromas a olivas negras, grasa y estearina. La entrada de boca es menos expresiva y salvaje que el 2013 del tanque, untuoso, de taninos muy finos, dulces y texturados, agradables.
La acidez es muy justa. Armónico y elegante, el final es sutil y limpio como para acompañar platos muy especiales. Para tomar ya.
Guarda sugerida, 5 años.
Esperamos que muy pronto, podamos contar con esta magnífica colección de vinos que denominamos de una filosofía cosmogónica en nuestra vinoteca en Enológica de Buenos Aires. Por fortuna ya tenemos en venta el Malbec, pero esperamos con entuciasmo la llegada del Merlot y el Reserva Malbec, para viajar realizar en su degustación, un viaje simbólico a ese lugar profundo de América. Una vez más comprobamos la dificultad y la verdadera quimera que enfrentan los pequeños productores que no son otra cosa que los verdaderos productores del mejor vino y le auguramos a Carlos y Marcela una vendimia maravillosa, reflejo del amor las tierras salteñas y la constancia de trabajo de toda una vida.
No duden en invertir tiempo y recursos en conocer Miraluna, un lugar mágico.
Todo lo necesario para vacacionar en familia.
Las cabañas están entre las viñas.
360° de cerros.
Vista de la Bodega, la recepción y las cabañas.
Más información en www.miraluna.com.ar